Declaración Personal

Me and my child sitting on a sandy beach, looking out at the ocean waves.

A lo largo de los años, he formado parte de una variedad de grupos subrepresentados: una ingeniera, una ejecutiva, una escritora.

Ser mujer, en sí mismo, ya crea barreras que hacen difícil el acceso a ciertas oportunidades. Que te escuchen, que te tomen en serio o incluso que te vean puede resultar todo un reto.

En los últimos años han aumentado las organizaciones encargadas de promover la inclusión de género, algo poderoso y necesario. Pero yo no soy simplemente una mujer.

También soy neurodivergente. Soy inmigrante. Soy madre soltera.

Estas partes de mí no existen de forma aislada. No solo se suman, sino que se intersectan. Y esa intersección no solo añade desafíos — los multiplica. Y yo he sentido esa carga en primera persona.

A lo largo de mi vida, he sido víctima de acoso, discriminación, exclusión y abuso — no solo por ser mujer, sino porque soy mucho más que eso.

Esa es la realidad que a menudo se ignora de las personas interseccionales.

Cuando me convertí en madre, algo cambió. Vi el mundo a través de los ojos de mi hija— y supe que tenía que ayudar a crear uno mejor.

Porque si el mundo no es lo suficientemente bueno para ella, tampoco lo es para mí.

Lideramos y enseñamos con nuestro ejemplo. Y si nos alzamos ahora para cuestionar lo que está roto en nuestra sociedad, mañana nuestr@s hij@s sabrán que pueden utilizar sus voces para cuestionar el estatus quo cuando no funciona.

Sabrán que su voz importa.

Por eso he creado El Hub Interseccional. No solo para contar mi historia, sino para abrir la puerta a que tú puedas contar la tuya. Si alguna vez te has sentido invisible en las encrucijadas de tu identidad, no estás solo/a. Aquí eres bienvenido/a.